viernes, 16 de agosto de 2013

Frases del S. Padre Pio de Pietrelcina




Santo Padre Pio de Pietrelcina, estigmatizado del siglo XX

 
Alguien preguntó un día al Padre: "¿Cómo podemos distinguir la tentación del pecado?". Sonrió el Padre, y contestó con otra pregunta: "¿Cómo distinguir a un asno de un ser razonable?....En que el asno se deja guiar, mientras que el ser razonable tiene las riendas" 
 
 "El demonio no tiene más que una puerta para entrar en nuestra alma: la voluntad. No existen entradas secretas. Ningún pecado es pecado sin nuestro consentimiento. Cuando falta la participación del libre albedrío, no hay pecado sino debilidad humana. "

"El demonio es como un perro encadenado: si uno se mantiene a distancia de él, no será mordido."

"El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena; no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena. Manténte, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará."

"Las tentaciones, el bullicio, las preocupaciones, son las armas de nuestro enemigo. No lo olvidéis: si hace tanto ruido, es señal de que está afuera y no dentro. Lo que debiera espantarnos sería que reinase la paz y la armonía entre nuestra alma y el demonio."

"Si logras vencer la tentación, es como si lavaras tu ropa sucia."

"Por los golpes reiterados de su martillo, el Artista divino talla las piedras que servirán para construir el Edificio Eterno. Puede decirse con toda justicia que cada alma destinada a la gloria eterna es una de esas piedras indispensables. Esos golpes de cincel son las sombras, los miedos, las tentaciones, las penas, los temores espirituales y también las enfermedades corporales. Dad pues, gracias al Padre celestial por todo lo que impone a vuestra alma. Abandonaos a Él totalmente. Os trata como trató a Jesús en el Calvario."   
"Amen a la Virgen y haganla amar. Reciten el Rosario y recitenlo siempre y recitenlo y recitenlo cuanto más puedan."

“¡Oh, qué precioso es el tiempo! Felices los que saben aprovecharlo, porque todos, en el día del juicio, tendremos que dar cuenta rigurosísima de ello al Juez supremo. ¡Oh, si todos llegasen a comprender el valor del tiempo! ¡Seguro que se esforzarían por usarlo de forma digna de encomio!"

"Amadísimos hijos, digámonos con el pleno convencimiento de que nos decimos la verdad: alma mía, comienza hoy a hacer el bien, que hasta ahora no has hecho nada."  

"Movámonos siempre en la presencia de Dios. Dios me ve, digámonos con frecuencia; y, al verme, también me juzga. Actuemos de modo que no vea en nosotros más que el bien”. 

"Hemos vivido a lo tonto, como si un día el Juez eterno no nos hubiese de llamar y pedirnos cuenta de nuestra conducta, de cómo hemos empleado nuestro tiempo. Sin embargo, deberemos dar cuenta rigurosísima de cada minuto, de cada actuación de la gracia, de cada santa inspiración, de cada ocasión que se nos presentaba de hacer el bien. ¡La más pequeña transgresión de la santa ley de Dios será tenida en cuenta!"

 “El que medita, dirige sus pensamientos a Dios, que es el espejo de su alma. Intenta reconocer sus defectos, busca corregirlos, frena sus impulsos y pone su conciencia en orden.”

 “En la medida en que vaciéis vuestro Yo de si mismo - es decir, del apego a los sentidos y a vuestra propia voluntad- ,echando raíces en la santa humildad, el Señor hablará a vuestro corazón.”

“Cuida de tu espíritu, huye de la ociosidad y todas las conversaciones inmorales. . . recordando siempre las palabras del apóstol, que nuestra virtud se conserva en vasos muy frágiles.”

“Por fin a estas temores sin sentido. Recuerda que la culpa no está en el sentimiento sino en el  consentir a tales sentimiento. Solo la voluntad que actúa libremente es capaz del bien y del mal. Pero cuando la voluntad gime bajo la prueba del tentador y no quiere aquello que se le presenta, allí no solo no hay culpa sino que hay virtud.”

 "La humildad y la pureza son las alas que nos elevan hasta Dios, y casi nos divinizan."

"Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más la pondrá a prueba. Por tanto, ¡Coraje! y adelante siempre."
  
 "Por muy altas que sean las olas, el Señor es más alto. ¡ Espera!... la calma volverá."

"Ten por cierto que cuanto más crecen los asaltos del enemigo tanto más cerca del alma está Dios. Piensa y compenétrate bien de esta verdad cierta y reconfortante."

"Comprendo que las tentaciones más que purificar el espíritu parece que lo manchan; pero escuchemos cuál es el lenguaje de los santos; y a este propósito, os baste saber lo que, entre otros, dice San Francisco de Sales: que las tentaciones son como el jabón, que, extendido sobre la tela, parece que la ensucia cuando en realidad la limpia."

"Por los golpes reiterados de su martillo, el Artista divino talla las piedras que servirán para construir el Edificio Eterno."

  “Si conseguimos vencer la tentación, ésta produce el efecto que la lejía (blanqueador) en la ropa sucia ”
 “Sufriría mil veces la muerte antes que ofender al Señor deliberadamente”.
 
"Nuestro enemigo, provocador de nuestros males, se hace fuerte con los débiles; pero con aquél que le hace frente con valentía resulta un cobarde."

"En el alboroto de las pasiones y de las situaciones difíciles nos sostenga en pie la grata esperanza de su inagotable misericordia. Corramos confiadamente al tribunal de la penitencia donde él con anhelo de padre nos espera en todo momento; y aún sabiendo que somos insolventes (insolvente= significa que no tenemos  como pagar la deuda), no dudemos del perdón que se pronuncia solemnemente sobre nuestros errores. ¡Pongamos sobre ellos, como la ha puesto el Señor, una piedra sepulcral!"

 "Las tentaciones contra la fe y la pureza son mercancía que ofrece el enemigo; pero no hay que tenerle miedo sino despreciarlo."


"Mientras siga alborotando, es señal de que todavía no se ha apoderado de la voluntad."

"Tú no te desasosiegues por lo que estás experimentando de parte de este ángel rebelde; que tu voluntad se mantenga siempre contraria a estas instigaciones, y vive tranquila que ahí no hay culpa sino complacencia de Dios y ganancia para tu alma."

"Que no te asusten las tentaciones; son la prueba a la que Dios somete al alma cuando la ve con las fuerzas necesarias para mantener el combate y para ir tejiendo con sus propias manos la corona de la gloria."
  
"Hasta ahora tu vida ha sido de niñ@; ahora el Señor quiere tratarte como a adult@. Y porque las pruebas de la vida adulta son muy superiores a las de quien todavía es un niño, por eso al comienzo te encuentras desorganizad@; pero la vida del alma adquirirá la calma y tú recobrarás la quietud. Ten paciencia por un poco más de tiempo; todo será para tu bien."

"No os esforcéis por vencer vuestras tentaciones porque este esfuerzo las fortalecería; despreciadlas y no os entretengáis en ellas. 

"Imaginaos a Jesucristo crucificado entre vuestros brazos y sobre vuestro pecho y repetid muchas veces besando su costado: ¡Esta es mi esperanza, ésta es la fuente viva de mi felicidad! ¡Yo os agarraré estrechamente y no os dejaré hasta que me coloquéis en un lugar seguro!"

"Fíjate bien: siempre que la tentación te desagrade, no tienes por qué temer, pues, ¿por qué te desagrada si no porque no querrías sentirla?"

"Estas tentaciones tan inoportunas nos vienen de la malicia del demonio, pero el desagrado y el sufrimiento que sentimos por ellas vienen de la misericordia de Dios, que, contra la voluntad de nuestro enemigo, aparta de su malicia la santa tribulación, y por medio de ella purifica el oro que quiere incorporar a sus tesoros.
Digo más: tus tentaciones son del demonio y del infierno, pero tus penas y sufrimientos son de Dios y del paraíso; las madres son de Babilonia, pero las hijas son de Jerusalén. Desprecia las tentaciones y abraza las tribulaciones."

"No, no, hij@ mí@, deja que sople el viento y no pienses que el sonido de las hojas sea el rumor de las armas."

"Sé que el Señor permite al demonio estos asaltos porque su misericordia os hace agradables a sus ojos, y quiere que os asemejéis a él en las angustias del desierto, del huerto y de la cruz; pero os tenéis que defender alejándolo y despreciando en el nombre de Dios y de la santa obediencia sus malignas insinuaciones."

" ¿No nos dice el Espíritu Santo que, cuando el alma se acerca a Dios, debe prepararse para la prueba? ¡Animo, pues! ¡Valor!, hij@ mí@. Lucha con fortaleza y tendrás el premio reservado a las almas fuertes."

 "Hay que ser fuertes para llegar a ser grandes: éste es nuestro deber. La vida es una lucha de la que no podemos retirarnos; todo lo contrario, es necesario triunfar."

"En la vida espiritual, hay que ir siempre adelante y no retroceder jamás; de otro modo nos conduce como a la barca, que si en vez de avanzar, se detiene, el viento la arrastra hacia atras."

“Desafortunadamente muchos jóvenes pierden la fe porque no consiguen ser castos (…). La lujuria es el camino más breve y más fácil para ir al infierno, porque quita el gusto de la oración, debilita la fe hasta extinguirla, predispone a todo tipo de pecado, endurece el corazón y sin una gracia específica, lleva a la impenitencia final”.

  "Si el pobre mundo pudiera ver la belleza del alma sin pecado, todos los pecadores, todos los incrédulos se convertirían al instante. "

"Practicad con perseverancia la meditación a pequeños pasos, hasta que tengáis piernas fuertes, o mas bien alas. Tal como el huevo puesto en la colmena se transforma, a su debido tiempo, en una abeja, industriosa obrera de la miel"
  
“Cuando muera pediré al Señor permanecer en el umbral del Paraíso y no entrar hasta que el último de mis hijos espirituales haya entrado.”

"Jesús os guía hacia el cielo por campos o por desiertos - ¿que importancia tiene? Acomodaos a las pruebas que Él quiera enviaros, como si debieran ser vuestras compañeras para toda la vida; cuando menos lo esperéis, quizás queden resueltas."

 En una estampa representando la cruz, el Padre escribió estas palabras: “El madero no os aplastará; si alguna vez vaciláis bajo su peso, su poder os volverá a enderezar”.

 
 Es mediante una sumisión completa y ciega que os sentiréis guiado en medio de las sombras, las perplejidades y las luchas de la vida. “El hombre obediente cantará victoria”, nos dice la Escritura. Si Jesús se manifiesta a vosotros, dadle también las gracias; si se oculta a vuestra vista, dadle también las gracias. Todo esto compone el yugo del amor.

 "No escuchéis lo que os dice vuestra imaginación. Por ejemplo, que la vida que lleváis es incapaz de guiaros al bien. La gracia de Jesús vela y os hará obrar para ese bien." 

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Oración pronunciada por Juan Pablo II
en la Misa de canonización del padre Pío
celebrada el 16 de Junio de 2002



"Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.
"Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.
"Danos una mirada de fe  capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.
"Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.
"Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra".
"Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".


  

Santo Padre Pio de Pietrelcina