CONSEJOS RESPECTO A LOS MEDIOS
Pero... ¿y los medios? -Son los mismos de Pedro y de Pablo, de Domingo y Francisco, de
Ignacio y Javier: el Crucifijo y el Evangelio...
-¿Acaso te parecen pequeños?
Ignacio y Javier: el Crucifijo y el Evangelio...
-¿Acaso te parecen pequeños?
En las empresas de apostolado, está bien -es un deber- que consideres tus medios terrenos (2
+ 2 = 4), pero no olvides ¡nunca! que has de contar, por fortuna, con otro sumando: Dios + 2 +
2...
Sirve a tu Dios con rectitud, séle fiel... y no te preocupes de nada: porque es una gran verdad
que "si buscas el reino de Dios y su justicia, El te dará lo demás -lo material, los medios- por
añadidura."
Echa lejos de ti esa desesperanza que te produce el conocimiento de tu miseria. -Es verdad:
por tu prestigio económico, eres un cero..., por tu prestigio social, otro cero..., y otro por tus
virtudes, y otro por tu talento...
Pero, a la izquierda de esas negaciones, está Cristo... Y ¡qué cifra inconmensurable resulta!
Que eres... nadie. -Que otros han levantado y levantan ahora maravillas de organización, de
prensa, de propaganda. -¿Que tienen todos los medios, mientras tú no tienes ninguno?... Bien:
acuérdate de Ignacio:
Ignorante, entre los doctores de Alcalá. -Pobre, pobrísimo, entre los estudiantes de París. -
Perseguido, calumniado...
Es el camino: ama y cree y ¡sufre!: tu Amor y tu Fe y tu Cruz son los medios infalibles para
poner por obra y para eternizar las ansias de apostolado que llevas en tu corazón.
+ 2 = 4), pero no olvides ¡nunca! que has de contar, por fortuna, con otro sumando: Dios + 2 +
2...
Sirve a tu Dios con rectitud, séle fiel... y no te preocupes de nada: porque es una gran verdad
que "si buscas el reino de Dios y su justicia, El te dará lo demás -lo material, los medios- por
añadidura."
Echa lejos de ti esa desesperanza que te produce el conocimiento de tu miseria. -Es verdad:
por tu prestigio económico, eres un cero..., por tu prestigio social, otro cero..., y otro por tus
virtudes, y otro por tu talento...
Pero, a la izquierda de esas negaciones, está Cristo... Y ¡qué cifra inconmensurable resulta!
Que eres... nadie. -Que otros han levantado y levantan ahora maravillas de organización, de
prensa, de propaganda. -¿Que tienen todos los medios, mientras tú no tienes ninguno?... Bien:
acuérdate de Ignacio:
Ignorante, entre los doctores de Alcalá. -Pobre, pobrísimo, entre los estudiantes de París. -
Perseguido, calumniado...
Es el camino: ama y cree y ¡sufre!: tu Amor y tu Fe y tu Cruz son los medios infalibles para
poner por obra y para eternizar las ansias de apostolado que llevas en tu corazón.
Te reconoces miserable. Y lo eres. -A pesar de todo -más aún: por esote buscó Dios.
-Siempre emplea instrumentos desproporcionados: para que se vea que la "obra" es suya.
-A ti sólo te pide docilidad.
Cuando te "entregues" a Dios no habrá dificultad que pueda remover tu optimismo.
¿Por qué dejas esos rincones en tu corazón? -Mientras no te des tú del todo, es inútil que
pretendas llevarle a otro.
-Pobre instrumento eres.
Pero, ¡a estas alturas!, ¿va a resultar que necesitas la aprobación, el calor, los consuelos de los
poderosos, para seguir haciendo lo que Dios quiere?
-Los poderosos suelen ser volubles, y tú has de ser constante. Sé agradecido, si te ayudan. Y
continúa, imperturbable, si te desprecian.
No hagas caso. -Siempre los "prudentes" han llamado locuras a las obras de Dios.
-¡Adelante, audacia!
¿Ves? Un hilo y otro y muchos, bien trenzados, forman esa maroma capaz de alzar pesos
enormes.
-Tú y tus hermanos, unidas vuestras voluntades para cumplir la de Dios, seréis capaces de
superar todos los obstáculos.
Cuando sólo se busca a Dios, bien se puede poner en práctica, para sacar adelante obras de
celo, aquel principio que asentaba un buen amigo nuestro: "Se gasta lo que se deba, aunque se
deba lo que se gaste".
-Siempre emplea instrumentos desproporcionados: para que se vea que la "obra" es suya.
-A ti sólo te pide docilidad.
Cuando te "entregues" a Dios no habrá dificultad que pueda remover tu optimismo.
¿Por qué dejas esos rincones en tu corazón? -Mientras no te des tú del todo, es inútil que
pretendas llevarle a otro.
-Pobre instrumento eres.
Pero, ¡a estas alturas!, ¿va a resultar que necesitas la aprobación, el calor, los consuelos de los
poderosos, para seguir haciendo lo que Dios quiere?
-Los poderosos suelen ser volubles, y tú has de ser constante. Sé agradecido, si te ayudan. Y
continúa, imperturbable, si te desprecian.
No hagas caso. -Siempre los "prudentes" han llamado locuras a las obras de Dios.
-¡Adelante, audacia!
¿Ves? Un hilo y otro y muchos, bien trenzados, forman esa maroma capaz de alzar pesos
enormes.
-Tú y tus hermanos, unidas vuestras voluntades para cumplir la de Dios, seréis capaces de
superar todos los obstáculos.
Cuando sólo se busca a Dios, bien se puede poner en práctica, para sacar adelante obras de
celo, aquel principio que asentaba un buen amigo nuestro: "Se gasta lo que se deba, aunque se
deba lo que se gaste".
¿Qué importa que tengas en contra al mundo entero con todos sus poderes? Tú... ¡adelante!
-Repite las palabras del salmo: "El Señor es mi luz y mi salud, ¿a quién temeré?... 'Si
consistant adversum me castra, non timebit cor meum' -Aunque me vea cercado de enemigos,
no flaqueará mi corazón."
¡Animo! Tú... puedes. -¿Ves lo que hizo la gracia de Dios con aquel Pedro dormilón, negador y
cobarde..., con aquel Pablo perseguidor, odiador y pertinaz?
Sé instrumento: de oro o de acero, de platino o de hierro..., grande o chico, delicado o tosco...
-Todos son útiles: cada uno tiene su misión propia. Como en lo material: ¿quién se atreverá a
decir que es menos útil el serrucho del carpintero que las pinzas del cirujano?
-Tu deber es ser instrumento.
Bien. ¿Y qué? -No entiendo cómo te puedes retraer de esa labor de almas -si no es por oculta
soberbia: te crees perfecto-, porque el fuego de Dios que te atrajo, además de la luz y del calor
que te entusiasman, dé a veces el humo de la flaqueza de los instrumentos.
Trabajo... hay. -Los instrumentos no pueden estar mohosos. -Normas hay también para evitar
el moho y la herrumbre. -Basta ponerlas en práctica.
No te desvele el conflicto económico que se avecina a tu empresa de apostolado. -Aumenta la
confianza en Dios, haz humanamente lo que puedas, y ¡verás qué pronto el dinero deja de ser
conflicto!
No dejes de hacer las cosas por falta de instrumentos: se comienza como se puede. -Después,
la función crea el órgano. Algunos, que no valían, resultan aptos. Con los demás se hace una
operación quirúrgica, aunque duela -¡buenos "operadores" fueron los santos!-, y se sigue
adelante.
Fe viva y penetrante. Como la fe de Pedro. -Cuando la tengas -lo ha dicho El- apartarás los
montes, los obstáculos, humanamente insuperables, que se opongan a tus empresas de apóstol.
Rectitud de corazón y buena voluntad: con estos dos elementos y la mirada puesta en cumplir
lo que Dios quiere, verás hechos realidad tus ensueños de Amor y saciadas tus hambres de
almas.
"Nonne hic est fabri filius? Nonne hic est faber, filius Mariae?" -¿Acaso éste no es hijo del
artesano? ¿No es el artesano hijo de María?
-Esto, que dijeron de Jesús, es muy posible que lo digan de ti, con un poco de pasmo y otro
poco de burla, cuando "definitivamente" quieras cumplir la Voluntad de Dios, ser instrumento:
Pero, ¿no es éste aquél?...
-Calla. Y que tus obras confirmen tu misión.
-Repite las palabras del salmo: "El Señor es mi luz y mi salud, ¿a quién temeré?... 'Si
consistant adversum me castra, non timebit cor meum' -Aunque me vea cercado de enemigos,
no flaqueará mi corazón."
¡Animo! Tú... puedes. -¿Ves lo que hizo la gracia de Dios con aquel Pedro dormilón, negador y
cobarde..., con aquel Pablo perseguidor, odiador y pertinaz?
Sé instrumento: de oro o de acero, de platino o de hierro..., grande o chico, delicado o tosco...
-Todos son útiles: cada uno tiene su misión propia. Como en lo material: ¿quién se atreverá a
decir que es menos útil el serrucho del carpintero que las pinzas del cirujano?
-Tu deber es ser instrumento.
Bien. ¿Y qué? -No entiendo cómo te puedes retraer de esa labor de almas -si no es por oculta
soberbia: te crees perfecto-, porque el fuego de Dios que te atrajo, además de la luz y del calor
que te entusiasman, dé a veces el humo de la flaqueza de los instrumentos.
Trabajo... hay. -Los instrumentos no pueden estar mohosos. -Normas hay también para evitar
el moho y la herrumbre. -Basta ponerlas en práctica.
No te desvele el conflicto económico que se avecina a tu empresa de apostolado. -Aumenta la
confianza en Dios, haz humanamente lo que puedas, y ¡verás qué pronto el dinero deja de ser
conflicto!
No dejes de hacer las cosas por falta de instrumentos: se comienza como se puede. -Después,
la función crea el órgano. Algunos, que no valían, resultan aptos. Con los demás se hace una
operación quirúrgica, aunque duela -¡buenos "operadores" fueron los santos!-, y se sigue
adelante.
Fe viva y penetrante. Como la fe de Pedro. -Cuando la tengas -lo ha dicho El- apartarás los
montes, los obstáculos, humanamente insuperables, que se opongan a tus empresas de apóstol.
Rectitud de corazón y buena voluntad: con estos dos elementos y la mirada puesta en cumplir
lo que Dios quiere, verás hechos realidad tus ensueños de Amor y saciadas tus hambres de
almas.
"Nonne hic est fabri filius? Nonne hic est faber, filius Mariae?" -¿Acaso éste no es hijo del
artesano? ¿No es el artesano hijo de María?
-Esto, que dijeron de Jesús, es muy posible que lo digan de ti, con un poco de pasmo y otro
poco de burla, cuando "definitivamente" quieras cumplir la Voluntad de Dios, ser instrumento:
Pero, ¿no es éste aquél?...
-Calla. Y que tus obras confirmen tu misión.
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ORACIÓN
A SAN JOSEMARÍA
Oh Dios, que
por mediación de la Santísima Virgen otorgaste
a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole
como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino
de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento
de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también
convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión
de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la
Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando
los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.
Concédeme
por la intercesión de San Josemaría el favor que
te pido... (pídase). Así sea.
Padrenuestro,
Avemaría, Gloria.
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