CONSEJOS RESPECTO A LOS ESCRUPULOS
Rechaza esos escrúpulos que te quitan la paz. -No es de Dios lo que roba la paz del alma.
Cuando Dios te visite sentirás la verdad de aquellos saludos: la paz os doy..., la paz os dejo...,
la paz sea con vosotros..., y esto, en medio de la tribulación.¡Todavía los escrúpulos! -Habla con sencillez y claridad a tu Director. Obedece... y no
empequeñezcas el Corazón amorosísimo del Señor.
Tristeza, apabullamiento. No me extraña: es la nube de polvo que levantó tu caída. Pero,
¡basta!: ¿acaso el viento de la gracia no llevó lejos esa nube?
Después, tu tristeza -si no la rechazas- bien podría ser la envoltura de tu soberbia. -¿Es que te
creías perfecto e impecable?
Te prohíbo que pienses más en eso. -En cambio, bendice a Dios, que volvió la vida a tu alma.
No pienses más en tu caída. -Ese pensamiento, además de losa que te cubre y abruma, será
fácilmente ocasión de próximas tentaciones. -Cristo te perdonó: olvídate del hombre viejo.
No te desalientes. -Te he visto luchar...: tu derrota de hoy es entrenamiento para la victoria
definitiva.
Te has portado bien..., aunque hayas caído así de hondo. -Te has portado bien, porque te
humillaste, porque has rectificado, porque te has llenado de esperanza, y la esperanza te trajo de
nuevo al Amor. -No pongas esa cara boba de pasmo: ¡te has portado bien! -Te alzaste del suelo:
"surge", resonó de nuevo la voz poderosa, "et ambula!": ahora, ¡a trabajar!
Rechaza esos escrúpulos que te quitan la paz. -No es de Dios lo que roba la paz del alma.
Cuando Dios te visite sentirás la verdad de aquellos saludos: la paz os doy..., la paz os dejo...,
la paz sea con vosotros..., y esto, en medio de la tribulación.¡Todavía los escrúpulos! -Habla con sencillez y claridad a tu Director. Obedece... y no
empequeñezcas el Corazón amorosísimo del Señor.
Tristeza, apabullamiento. No me extraña: es la nube de polvo que levantó tu caída. Pero,
¡basta!: ¿acaso el viento de la gracia no llevó lejos esa nube?
Después, tu tristeza -si no la rechazas- bien podría ser la envoltura de tu soberbia. -¿Es que te
creías perfecto e impecable?
Te prohíbo que pienses más en eso. -En cambio, bendice a Dios, que volvió la vida a tu alma.
No pienses más en tu caída. -Ese pensamiento, además de losa que te cubre y abruma, será
fácilmente ocasión de próximas tentaciones. -Cristo te perdonó: olvídate del hombre viejo.
No te desalientes. -Te he visto luchar...: tu derrota de hoy es entrenamiento para la victoria
definitiva.
Te has portado bien..., aunque hayas caído así de hondo. -Te has portado bien, porque te
humillaste, porque has rectificado, porque te has llenado de esperanza, y la esperanza te trajo de
nuevo al Amor. -No pongas esa cara boba de pasmo: ¡te has portado bien! -Te alzaste del suelo:
"surge", resonó de nuevo la voz poderosa, "et ambula!": ahora, ¡a trabajar!
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ORACIÓN
A SAN JOSEMARÍA
Oh Dios, que
por mediación de la Santísima Virgen otorgaste
a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole
como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino
de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento
de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también
convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión
de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la
Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando
los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.
Concédeme
por la intercesión de San Josemaría el favor que
te pido... (pídase). Así sea.
Padrenuestro,
Avemaría, Gloria.
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