CONSEJOS RESPECTO A LA ALEGRIA
La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre.
Si salen las cosas bien, alegrémonos, bendiciendo a Dios que pone el incremento. -¿Salen
mal? -Alegrémonos, bendiciendo a Dios que nos hace participar de su dulce Cruz.
La alegría que debes tener no es esa que podríamos llamar fisiológica, de animal sano, sino
otra sobrenatural, que procede de abandonar todo y abandonarte en los brazos amorosos de
nuestro Padre-Dios.
Nunca te desanimes si eres apóstol. -No hay contradicción que no puedas superar. -¿Por qué
estás triste?
Caras largas..., modales bruscos..., facha ridícula..., aire antipático: ¿Así esperas animar a los
demás a seguir a Cristo?
¿No hay alegría? -Piensa: hay un obstáculo entre Dios y yo. -Casi siempre acertarás.
Para poner remedio a tu tristeza me pides un consejo. -Voy a darte una receta que viene de
buena mano: del apóstol Santiago.
-"Tristatur aliquis vestrum?" -¿Estás triste, hijo mío? -"Oret!" -¡Haz oración! -Prueba a ver.
No estés triste. -Ten una visión más... "nuestra" -más cristiana- de las cosas.
Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. -Pide
esa misma alegría sobrenatural para todos.
"Laetetur cor quaerentium Dominum" -Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.
-Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza.
La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre.
Si salen las cosas bien, alegrémonos, bendiciendo a Dios que pone el incremento. -¿Salen
mal? -Alegrémonos, bendiciendo a Dios que nos hace participar de su dulce Cruz.
La alegría que debes tener no es esa que podríamos llamar fisiológica, de animal sano, sino
otra sobrenatural, que procede de abandonar todo y abandonarte en los brazos amorosos de
nuestro Padre-Dios.
Nunca te desanimes si eres apóstol. -No hay contradicción que no puedas superar. -¿Por qué
estás triste?
Caras largas..., modales bruscos..., facha ridícula..., aire antipático: ¿Así esperas animar a los
demás a seguir a Cristo?
¿No hay alegría? -Piensa: hay un obstáculo entre Dios y yo. -Casi siempre acertarás.
Para poner remedio a tu tristeza me pides un consejo. -Voy a darte una receta que viene de
buena mano: del apóstol Santiago.
-"Tristatur aliquis vestrum?" -¿Estás triste, hijo mío? -"Oret!" -¡Haz oración! -Prueba a ver.
No estés triste. -Ten una visión más... "nuestra" -más cristiana- de las cosas.
Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. -Pide
esa misma alegría sobrenatural para todos.
"Laetetur cor quaerentium Dominum" -Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.
-Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza.
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ORACIÓN
A SAN JOSEMARÍA
Oh Dios, que
por mediación de la Santísima Virgen otorgaste
a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole
como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino
de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento
de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también
convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión
de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la
Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando
los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.
Concédeme
por la intercesión de San Josemaría el favor que
te pido... (pídase). Así sea.
Padrenuestro,
Avemaría, Gloria.
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