lunes, 19 de agosto de 2013

Consejos de San Jose Maria Escriva (A LA PRESENCIA DE DIOS)


CONSEJOS RESPECTO A LA PRESENCIA DE DIOS

 Los hijos... ¡Cómo procuran comportarse dignamente cuando están delante de sus padres!
Y los hijos de Reyes, delante de su padre el Rey, ¡cómo procuran guardar la dignidad de la
realeza!
Y tú... ¿no sabes que estás siempre delante del Gran Rey, tu Padre-Dios?

No tomes una decisión sin detenerte a considerar el asunto delante de Dios.
Es preciso convencerse de que Dios está junto a nosotros de continuo. -Vivimos como si el
Señor estuviera allá lejos, donde brillan las estrellas, y no consideramos que también está
siempre a nuestro lado.
Y está como un Padre amoroso -a cada uno de nosotros nos quiere más que todas las madres
del mundo pueden querer a sus hijos-, ayudándonos, inspirándonos, bendiciendo... y
perdonando.
¡Cuántas veces hemos hecho desarrugar el ceño de nuestros padres diciéndoles, después de
una travesura: ¡ya no lo haré más! -Quizá aquel mismo día volvimos a caer de nuevo... Y nuestro
padre, con fingida dureza en la voz, la cara seria, nos reprende..., a la par que se enternece su
corazón, conocedor de nuestra flaqueza, pensando: pobre chico, ¡qué esfuerzos hace para
portarse bien!

Preciso es que nos empapemos, que nos saturemos de que Padre y muy Padre nuestro es el
Señor que está junto a nosotros y en los cielos.

Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. -Porque
te da esto y lo otro. -Porque te han despreciado. -Porque no tienes lo que necesitas o porque lo
tienes.
Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. -Porque creó el Sol y la
Luna y aquel animal y aquella otra planta. -Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo
premioso...
Dale gracias por todo, porque todo es bueno.


No seas tan ciego o tan atolondrado que dejes de meterte dentro de cada Sagrario cuando
divises los muros o torres de las casas del Señor. -El te espera.


 No seas tan ciego o tan atolondrado que dejes de rezar a María Inmaculada una jaculatoria
siquiera cuando pases junto a los lugares donde sabes que se ofende a Cristo.

¿No te alegra si has descubierto en tu camino habitual por las calles de la urbe ¡otro
Sagrario!?

Decía un alma de oración: en las intenciones, sea Jesús nuestro fin; en los afectos, nuestro
Amor; en la palabra, nuestro asunto; en las acciones, nuestro modelo.

Emplea esas santas "industrias humanas" que te aconsejé para no perder la presencia de
Dios: jaculatorias, actos de Amor y desagravio, comuniones espirituales, "miradas" a la imagen
de Nuestra Señora...

¡Solo! -No estás solo. Te hacemos mucha compañía desde lejos. -Además..., asentado en tu
alma en gracia, el Espíritu Santo -Dios contigo- va dando tono sobrenatural a todos tu
pensamientos, deseos y obras.

Padre -me decía aquel muchachote (¿qué habrá sido de él?), buen estudiante de la Central-,
pensaba en lo que usted me dijo... ¡que soy hijo de Dios!, y me sorprendí por la calle, 'engallado'
el cuerpo y soberbio por dentro... ¡hijo de Dios!"
Le aconsejé, con segura conciencia, fomentar la "soberbia".

No dudo de tu rectitud. -Sé que obras en la presencia de Dios. Pero, ¡hay un pero!: tus
acciones las presencian o las pueden presenciar hombres que juzguen humanamente... Y es
preciso darles buen ejemplo.

Si te acostumbras, siquiera una vez por semana, a buscar la unión con María para ir a Jesús,
verás cómo tienes más presencia de Dios.

Me preguntas: ¿por qué esa Cruz de palo? -Y copio de una carta: "Al levantar la vista del
microscopio la mirada va a tropezar con la Cruz negra y vacía. Esta Cruz sin Crucificado es un
símbolo. Tiene una significación que los demás no verán. Y el que, cansado, estaba a punto de
abandonar la tarea, vuelve a acercar los ojos al ocular y sigue trabajando: porque la Cruz
solitaria está pidiendo unas espaldas que carguen con ella".

Ten presencia de Dios y tendrás vida sobrenatural.



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ORACIÓN A SAN JOSEMARÍA

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.
Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido... (pídase). Así sea.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

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